BREVE HISTORIA DE LA TRADUCCIÓN
¿Que cuál es el origen de la traducción? Si nombramos la piedra Rosetta, ¿os suena? Estamos seguros de que sí: la famosa piedra, encontrada en 1799, gracias a la cuál descubrimos que ya existía la traducción en la época del faraón Ptolomeo V en el 196 a.C. Como lo oís, la traducción tiene, como mínimo, 2218 años.
Muchos historiadores hablan de traducciones previas a la piedra Rosetta. Encargos de traducciones del latín al griego de los llamados 5 Libros de Moisés, solicitados por el antecesor de Ptolomeo V, quien, según la leyenda, reunió a 72 sabios de Judea conocedores del griego y el hebreo para que tradujeran las escrituras y así difundirlas entre los judíos de Alejandría que apenas conocían su lengua de origen.
Precisamente, a lo largo de los siglos, fueron las traducciones de textos religiosos las que hicieron que esta labor fuera creciendo y expandiéndose. Ya en el siglo II fueron apareciendo las primeras traducciones de la Biblia del griego al latín, pequeños fragmentos para la divulgación de la religión cristiana, pero no fue hasta dos siglos más tarde cuando llegó la traducción con mayúsculas, la creada por San Jerónimo, el que es considerado, justo por esta obra, el patrón de los traductores.
Tras este periodo de crecimiento llegó el asentamiento de la traducción gracias a los musulmanes, quienes tradujeron del griego y latín al árabe textos de filosofía y ciencia que se extendieron por todos los territorios bajo dominio musulmán, entre ellos la Península Ibérica.
En estos tiempos nuestra península era una mezcla de culturas; por ello no sorprende que en el siglo XII se creara en Toledo, la capital de las 3 culturas, la Escuela de Traductores que continuaba el legado de la Gran Escuela de Alejandría.
Tras estos periodos de desarrollo llegó la imprenta y con ella la revolución de la traducción. El consumo de textos se duplicó en muy poco tiempo, se fomentó la cultura y se democratizó la lectura y, con ello, la necesidad de ampliar conocimientos, sobre todo teológicos.
Paso a paso nuestra sociedad va llegando a lo que somos. La revolución industrial, cultural y tecnológica, la globalización y la internacionalización han hecho que la traducción sea un pilar fundamental en el crecimiento social, cultural y económico. Como hemos visto, esta necesidad de conocer culturas y de entendernos es algo prácticamente innato al ser humano y los traductores tenemos el privilegio de poder materializarlo.